La Falsa Calma exploró el poder de la fotografía para resignificar lugares, tejiendo un diálogo entre lo geográfico y lo simbólico. Ofreció un espacio para reflexionar sobre las conexiones entre identidad, territorio y memoria, visualizando obras contemporáneas nacidas del habitar sensible, y fortaleciendo los lazos entre instituciones culturales de diferentes países.
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¿Qué historias emergen cuando miramos más allá de lo evidente?
REGISTROS por CDF Montevideo