14.08.2025 - 04.10.2025
CASA NACIONAL DEL BICENTENARIO
Riobamba 985, CABA. Argentina.
Este proyecto reúne a cuatro artistas cuyas obras, aunque desarrolladas de manera independiente, dialogan profundamente entre sí. Como curadora, propuse este encuentro a partir de las afinidades que descubrí en sus miradas, en su modo de acercarse al territorio, en la sensibilidad con la que trabajan la fragilidad, la memoria y el paisaje. Un mapa para lo frágil es también el resultado de esa composición colectiva, de una curaduría que funciona como tejido: una invitación a trazar vínculos donde antes había caminos paralelos.
Un mapa para lo frágil es un proyecto curatorial que reflexiona sobre el territorio como una construcción simbólica y dinámica, donde convergen memorias, afectos y tensiones entre lo humano y lo no humano. Las obras reunidas nacen del sudoeste bonaerense –Coronel Dorrego, Sauce Grande, Bahía Blanca y su estuario– entretejiendo una poética de lo sensible frente a los procesos de transformación y deterioro ambiental.
La curaduría se construye a partir de un entrelazamiento atento entre las obras y los territorios que las originan, estableciendo conexiones sensibles con las condiciones sociales, culturales y ecológicas de la región de Bahía Blanca, e integrando sus particularidades en una trama artística que trasciende lo local. El traslado a Capital Federal busca poner en diálogo producciones profundamente arraigadas con su entorno cercano en una geografía distinta, y señalar el potencial de resonancia universal de estas problemáticas.
Inspirada en el pensamiento de Vinciane Despret, la propuesta entiende al territorio como un entramado de relaciones afectivas y prácticas cotidianas, más allá de sus límites geográficos. Las obras no representan paisajes: los escuchan, los traducen, los atraviesan. El viento, el agua, el barro, el hollín, la gasa, el lienzo sin impregnar o la huella sobre papel funcionan como materiales de una escritura que no es monumental, sino íntima, porosa y atenta.
Ref: Despret, Vinciane Habitar como un pájaro: modos de hacer y de pensar los territorios / Vinciane Despret - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Cactus, 2022
¿Cuál es el borde del agua?, 2025
Ana Laura Amante
Materiales: tela intervenida con barro, hilo.
Comisionada tras la súbita crecida de los arroyos en Bahía Blanca, esta intervención en la entrada de la sala traza la huella que alcanzó el agua en el interior de los hogares. La obra marca el borde no como límite rígido, sino como umbral poroso, territorio de transición, fragilidad y transformación —una idea que recorre toda la muestra, expandiendo la conciencia sobre la porosidad de todo límite. La pieza traduce una experiencia colectiva evocando una memoria corporal y territorial. La línea, más que delimitar, habla: del avance del agua, del cuerpo que la observa, del paisaje que se transforma. Es una inscripción móvil, sensible, que redibuja el modo en que habitamos el entorno y nos deja imaginar otras formas de estar con él.
Fuego sobre el campo, 2016
Graciela San Román
Materiales: papel vegetal, pintura, hollín.
Trabajada con papel vegetal, fuego directo y hollín, esta obra reconstruye el paisaje posterior a un incendio. El soporte es intervenido por la misma fuerza que destruyó el terreno, volviéndose testimonio y superficie afectada. El fuego, como agente transformador, revela un territorio monocromo, silencioso, donde todo parece suspendido. Y sin embargo, algo respira. San Román apunta al momento en que la devastación todavía no se ha resignificado, pero ya insinúa una regeneración posible. La obra encarna lo que Despret entiende como una relación afectiva con el entorno: no se trata de representar la catástrofe, sino de acompañar su transformación, de leer los signos sutiles de la vida que insiste.
Nativa, 2023
Graciela San Román
Materiales: pasta cerámica, esmalte y pigmento cerámicos y lana de oveja.
Nativa es una pieza cerámica que se incorpora a Fuego sobre el campo, profundizando su reflexión sobre los territorios intervenidos. El bloque de cerámica esmaltada, surcado por una grieta y acompañado por cuero de oveja, alude a las transformaciones impuestas sobre las semillas nativas, en particular el maíz: alimento, símbolo, y emblema de una cosmovisión que comprende a la tierra como un todo interconectado. La obra señala cómo los modelos agroindustriales contemporáneos, en su afán de maximizar el rendimiento, modifican genéticamente las semillas hasta restringir su capacidad de reproducción autónoma. En esa intervención se interrumpe un ciclo vital ancestral, se borra la memoria biológica de la semilla y se desconoce su dimensión sagrada. La grieta que recorre la pieza no es sólo formal: es la huella visible de esa herida. En el contexto de la muestra, Nativa establece un contrapunto con Fuego sobre el campo. Si allí el territorio aparece devastado por el fuego, aquí la marca está en la matriz misma de lo vivo. Ambas obras trazan una crítica sensible a las lógicas extractivistas, invitando a repensar nuestra relación con lo que da sustento: la semilla, el suelo, el alimento. Desde una ética del cuidado, la artista propone recuperar el valor simbólico de aquello que hoy se transforma en mercancía.
Aura-
Graciela San Román-
Esta pieza pretende materializar un aspecto sutil del cuerpo vegetal. La técnica cerámica llamada “paper clay” quema lo vivo - hoja, ramas…- pero eterniza el campo espacial que lo rodea. Al embeberlo en arcilla líquida, invierte el orden habitual en donde la materia es densa y la energía, sutil e invisible. La huella de esa masa orgánica sigue presente en su forma esencial y en la representación de su campo áurico. Debajo de lo que podemos ver, hay un leve espacio vacío: allí estuvo la hoja, la rama, la semilla…
Después del bosque, 2023
Ana Laura Amante
Materiales: óleo pastel, sobre papel finlandes.
A través del frottage de árboles talados en el macrocentro de su ciudad, Ana Laura Amante registra la memoria de un paisaje urbano en desaparición. Su obra denuncia la erosión ambiental mientras invita a reflexionar sobre lo que dejamos atrás al transformar el territorio. Las formas se imprimen con óleo pastel sobre papel finlandés, como si el papel escuchara la piel del árbol ausente. Esta operación no es sólo técnica: es también un gesto reparador. La artista no documenta una pérdida, sino que activa una presencia entre el cuerpo vegetal que ya no está y la materia que lo invoca. Después del bosque señala ese punto en el que la ausencia se vuelve insistencia, y el dolor, imagen.
Guía de aves nº 3, 4, 5 y 7. De la serie: Guía de reconocimiento de Aves playeras. 2017
Romina Tejerina
La serie combina esculturas textiles, barro crudo, un archivo sonoro en loop y un libro textil, para evocar la presencia de aves migratorias en el estuario de Bahía Blanca. Las piezas cuelgan como pequeños cuerpos suspendidos, con nombres científicos transferidos sobre gasa cristal. En el suelo, el barro recolectado del mismo estuario ancla esta liviandad. El sonido de las aves, repetido en loop, construye un ambiente envolvente. Tejerina propone una forma de conocimiento encarnado, donde el canto, el cuerpo y la palabra son vías para habitar el paisaje.
Guía #4. Barro.
Técnica: transfer sobre gasa cristal montado sobre barro crudo. Materiales: Gasa Cristal. Barro del Estuario de Bahía Blanca. Año: 2017.
La obra consta de 23 piezas de formato pequeño de diferentes medidas (15cm x 8cm x 7cm aprox) realizadas en gasa cristal con imágenes de aves transferidas en la tela y montadas sobre barro crudo.
Descripción conceptual: forma parte de la serie: Guía de reconocimiento de aves playeras. En donde tomo imágenes de 23 aves playeras que pasan por el estuario de Bahía Blanca en sus vuelos migratorios, algunas son residentes. Debido a las condiciones biológicas y geográficas del Estuario resulta difícil observarlas a simple vista. El concepto de esta serie nace con el fin de reconocerlas en los avistajes de campo.
Guía #3. Cantos.
Descripción técnica: Archivo Sonoro en loop
Descripción conceptual: Esta guía de aves en formato mp3, forma parte de la serie Guia de reconocimiento de Aves Playeras. Contiene los cantos o llamadas de distintas aves playeras migratorias que pasan por el Estuario de Bahía Blanca. El fin de la misma es reproducir estos cantos en sala como complemento de las otras guías de esta serie.
Guía #7. Especie.
Descripción técnica: transfer sobre gasa cristal. Costura
Materiales: gasa Cristal, telas varias
Año: 2017
La obra consta de 23 piezas de formato pequeño de diferentes medidas ( 15cm x 8cm x 7cm aprox) realizadas en gasa cristal con textos transferidos en la tela.
Guía #5. Libro.
Registro #1, #2, #3, #4 y #5. Serie: Pastos dibujantes, 2025
Julieta Cantarelli
En esta serie, Julieta Cantarelli presenta cinco lienzos sin impregnar pintados con gestos que siguen el movimiento de los pastos dibujantes. Los pastos dibujantes tienen raíces profundas, flexibles y resistentes. Capaces de sostenerse en un médano ardiente o helado, con vientos en todas las direcciones. Dibujan el aire y el médano, se doblan sin quebrarse, permanecen. Su trabajo parte de una observación atenta de su entorno en Sauce Grande y de una práctica corporal que traduce ese ritmo en trazos amplios y físicos. El soporte, crudo y poroso, permite que la pintura registre la energía del paisaje. Lejos de representar un motivo natural, la artista construye un lenguaje pictórico que surge del vínculo entre cuerpo y territorio. Pintar es, en este caso, una forma de conexión con aquello que crece, vibra y se desplaza en el ambiente. En estos lienzos, el gesto aparece como una manera de estar presente y de dejarse afectar por lo que sucede alrededor.
De qué está hecha la espuma del mar, 2019
Romina Tejerina
Descripción técnica: registro fotográfico de objeto textil. Medidas: 120cm largo x 70cm ancho x 22cm alto. Técnica: termofusión y costura a mano.
Seleccionada en el XV Salón de Artes Visuales Junín 2019. Seleccionada para participar en la publicación “Artistas de mi pueblo” realizada por el Instituto Cultural de la provincia de Buenos Aires.
En esta pieza textil, la espuma se despliega como imagen ambigua: frágil, flotante, y sin embargo, cargada de residuos. La obra nombra lo que suele quedar desplazado, haciendo visible la materialidad residual del paisaje marino. Esta pieza activa una pregunta que se vuelve denuncia poética: ¿qué estamos arrojando hacia los bordes? ¿Qué paisaje estamos construyendo con nuestros restos?
TEXTO DE SALA
Un mapa es un relato. Una forma de escritura que no narra el mundo sino su deseo.
—sobre “Mapas” de María Negroni
¿Qué sucede cuando el mapa deja de ser un instrumento de control y se vuelve una forma de atención? ¿Qué tipo de cartografía emerge si en lugar de marcar caminos buscamos registrar aquello que tiembla, se transforma, se pierde?
Un mapa para lo frágil propone un recorrido donde las obras no ilustran el paisaje: lo escuchan, lo habitan, lo traducen. Gestadas en el sudoeste bonaerense —entre Sauce Grande, Coronel Dorrego Bahía Blanca y su estuario—, estas piezas nacen de un vínculo directo con los territorios que las alojan. No hay distancia: hay implicación. No se parte de una mirada sobre, sino de una experiencia con.
Inspirada en el pensamiento de Vinciane Despret, esta muestra entiende el territorio como una red de relaciones activas entre cuerpos, memorias, materiales y gestos. Aquí, habitar no es ocupar un lugar sino comprometerse con él: atender sus ritmos, responder a sus señales, involucrarse en sus procesos. Las artistas trabajan desde allí. Con barro, con viento, con hollín, con gasa, con sonidos, con rastros que no buscan fijarse, sino dejarse afectar.
La fragilidad, en este contexto, no se presenta como debilidad sino como una forma de vínculo: permite percibir lo que está en riesgo y actuar desde la cercanía. Las obras no representan catástrofes; las bordean, las presienten, las acompañan. Frente al incendio, la crecida del agua, la migración de las aves o la tala de un árbol, lo que aparece es una forma de conocimiento situada, una práctica de cuidado, una memoria que insiste.
El mapa que se traza aquí es inestable. Cambia con cada mirada, con cada paso. Se construye a partir de bordes que no separan, sino que conectan.
Un mapa para lo frágil no propone certezas, no es una síntesis ni una guía. Es una trama en movimiento, hecha de materiales, memorias, gestos y silencios. Se despliega como una invitación a detenerse, a registrar lo mínimo, a pensar el paisaje no como telón de fondo, sino como interlocutor.
Es un mapa que no delimita, sino que se deja atravesar. Que no organiza el territorio, sino que lo escucha.
Como la escritura, no busca trazar límites, ni capturar lo real. Es un modo de perderse. Una forma de imaginar por dónde ir.
Un ejercicio de atención.
Un ensayo sobre otras formas de habitar.
Ana Larrere